lunes, 24 de febrero de 2014

YO, KATLEYA Y EL MENDIGO


                       YO, KATLEYA Y EL MENDIGO
                                         Por: Ken Sánchez

                                                     I

Fue una noche de concierto del Weyno Ancashino que se realizó en el Centro Cultural Municipal de Huarás; asistí solo, porque para entonces había terminado mis relaciones con Ely, entonces estaba solo como viene al mundo solo sin traer nada, solo yo y, yo.
Antes de ingresar al teatro donde sería la función, la vía, si, la via,  en mis adentro me dije: “es bonita aquella morena, que bella, de talla media y no muy gorda, como me gusta”…,terminaba de comprar su entrada y, yo ya tenía mi entrada, pero nunca imaginé que ambos nos sentaríamos  uno al lado del otro o, sea juntos, antes que empezara la función, ella abrió la conversación, hablamos del evento:
.- Estas presentaciones se deben dar continuamente, para que lo jóvenes conozcan más de nuestros weynos y, pues nos han invadido canciones con arpa y cantan estupideces
.-

sentenció ella-.
.-Estoy de acuerdo con usted señora –respondí-.
.-Lo peor es que hacen apología al alcohol, -seguía con su comentario- y, los jóvenes que no tienen el razonamiento tan centrado, cometen estupideces.
.-Y, también son canciones sin mensaje ni ritmo, solo se limitan a seguir el sonido sin escala del arpa –sentencié-,
Así proseguía los comentarios sobre la canción a lo que llamaban el folklore moderno, ¿moderno?..., que moderno tiene la música que ha invadido la gran parte de Ancash?...,
Cantan como un loro que repite las palabras sin sentido, cantan sin estilo, los  artistas, sabemos que tiene su propia factura, el estilo es personal, la técnica es común, pero estos cantantes que se hacen llamar como mejor loa parezca, no conocen nada de estética.
Después de hacer estos pequeños comentarios y sin más perder tiempo, porque verdaderamente esa mujer me gustaba, la pregunté su m
nombre:
.-Katleya –me respondió sin titubear-.
.-Como la flor Colombiana-dije-
.-Si, conoces?
.-Por libros.
.-Mi padre es Colombiano y, mi madre es Huaracina, vivimos en el Barrio la Soledad –me hijo una rápida referencia- y, como se llama Usted?
.- Yo son Ken.
.-El novio de la Barbie- dijo con una sonrisa a flor de labio-.
Ya no hablamos porque ya iniciaba el concierto con la aparición del Cholo Welayo, que nos deleitó con su composición bien conocida: Lucila y muchos otros más.
Después de cada presentación de los artistas invitados, hacíamos algunos comentarios has que terminó la función.
Salimos juntos del Teatro, ya en la avenida ella preguntó primero, antes yo lo hiciera; entonces me dijo:
.-hacía a dónde vas?
.-A Pedregal, vámos, de ahí está cerca mi casa.
.-Pues, vvamos, iba a tomar un taxi, pero como estamos acompañados, que nos queda.
Nos enrumbamos hacía nuestro destino, siempre comentando referente al concierto y, escuché que ella me dijo: Llegamos, este es mi casa.
.-Aquí vivo, más bien otro día nos encontramos para poder conversar, me parece que sabes mucho de estética, quisiera conocer sobre ese tema; -luego me dijo-, nos encontramos en la plaza, te parece a las cuatro de tarde, el día sábado…, está bien?
.- Si, ahí estaré esperándote…
.- Nos vemos.
.- Chau…



                                                                       II

Me hice un poco tarde, entonces llegué con taxi, descendí del vehículo, pude ver que conversaba con un caballero no muy aparecido, conversaban muy  amena, no sé qué conversaban, pero estaban tan distraídos que ella no advirtió mi llegada, ya al lado de ella recién volteo muy sorprendida que al instante sonrojó y de sus labios salieron las palabras:
.- un amigo, acabo de conocerlo.
.- mucho gusto –dije tendiéndole la mano, su mano era es un tacho de basura y me guardé mis comentarios.
.- su novio? –interrogó el señor-
.-no, mi amigo –ella respondió-
Entonces caminamos unos metros en la que me dijo:
.- sabes, el señor tiene mucha hambre y, no tengo sencillo para darle para que se vaya a comer algo, tú tienes sencillo?
.-no
.-mientes
.-no tengo, -la hice ver mi billetera
.- entonces .o llevamos a un restaurante, pagamos y nos marchamos,  te parece?
.- sí, claro
Lo condujimos has un lugar acogedor, y, la gente que nos miraba de pies a cabeza, yo avergonzado y,  a ella ni lo importó la gente y no sentamos en una mesa redonda y, al instante pidió café para los tres.
Ya en la calle, el mendigo que dijo llamarse Ricardo Corazón de León, muy suelto de huesos aprovechó el momento más preciso  cuando nos queríamos despedir de él, arremetió con las siguientes palabras:
.- ustedes son novios, no me van poder mentir, lo noté cuando tomábamos el café, como se miraban el uno al otro y en esos miradas como se comunicaban, ese el mensaje de amor eterno, ustedes se aman, créenme, soy medio brujo, eh, y no fallo, ambos se aman y están como volcán en erupción, si se casan yo seré el padrino y, si quieren en este mismo instante converso con el cura, porque el cura es mi amigo de hace mucho tiempo…
Así diciendo nos condujo hacía a la Iglesia.
.- el señor está bromeando-dije-
.- vamos, que perdemos, sigámoslo la corriente- dijo ella-
Continuamos con las bromas pesadas de don Ricardo y lo seguimos hacía a la Iglesia, de una vez en el interior de ella, el mendigo conversaba muy pausadamente con el señor cura, y, después nos llamó y de luego empezó con la ceremonia de matrimonio; me quedé sorprendido cuando el cura dijo que firmáramos el libro de matrimonios, me estremecí y me dije que esto está preparado e hice algunas conjeturas sobre el respecto: ¿qué quiere esa mujer de mí?, ¿qué me está pasando?, ¿estoy vivo o muerto, carajo?...en esos pensamientos ella se acercó y muy quedo me dijo donde pasaremos nuestra luna de miel. Mientras que el mendigo se acercó a darnos las felicitaciones diciéndonos que ahora si podrán estar tranquilos y váyanse a su  luna de miel.
.- te dije que donde lo pasaríamos la luna de miel?
.-Katleya, las estas tomando esta broma como algo real –dije algo extrañado-
.- no se juega con el señor, él ha bendecido nuestra unión ante los ojos de Dios –repuso muy seria-
Bueno, me dejé llevar por las circunstancias.
Ingresamos a un hotel en la que nos portamos como una pareja recién casados.

Desde ese, desde el momento en que ingresamos al hotel, desde ese instante empezamos a salir con frecuencia, recorríamos las calles como una pareja formal, sin límites de escándalo, ella, siempre me decía cuando recorríamos las calles de la mano, por qué tienes vergüenza, si estamos casados, somos marido y mujer, estamos unidos ante  los ojos de Dios y nadie nos podrás separar ni siquiera el cura que nos casó.
Así pasamos algo de ocho o nueve meses, hasta que me encontré con un amigo Carlos, así se llamaba aquél amigo mío, habíamos estudiado en el Colegio Parroquial Santa Rosa de Viterbo, entonces él muy preocupado me dijo:
.- con Katleya, hace cuánto tiempo están saliendo, mucho, poco o, bastante tiempo.
.- la conoces? –interrogué muy  enfadado-
.- claro que la conozco muiy bien y mejor que tú, también conozco a su familia inclujido a su marido y asus dos hijos

Cuando  escuché lo que me dijo Carlos. Mi mente cayó fulminado, como un pájaro en vuelo pierde altura y se desploma contra el suelo, sin alma para respirar, sin ojos que palpar, quedé sin moverme del lugar en la que me encontraba.
.-Carlos, es verdad lo que dices? –seguía sin comprender y  la interrogación llegaba a los oídos de  mi amigo sin fuerza, sin ánimo, era la de un hombre fusilado-
.- Ken, sabes quién es su marido –dijo con un sonido de voz muy preocupado- es un narco y, ahora se encuentra en la cárcel, estoy seguro que ya sabe de ustedes, porque tiene secuaces que la vigilan a ella; tienes que alejarte de ella, te lo digo por tu bien, mi buen amigo.
Eso fue el motivo por lo que ya no la busco, pero desde luego, confirmé lo dicho por Carlos, también me enteré que su marido mandó matar a un amante que tuvo, y, lo hicieron de la peor forma que no quiero comentar.
Vino a buscarme varias veces diciéndome que estamos casados, que éramos esposos y por lo tanto teníamos que estar juntos y, con el padre de sus hijos no eran casados, me dijo que yo era su esposo y marido, su macho y ella su hembra y tenían que estar juntos.
Ya enterado de todo, un día cualquiera tomé mi maleta y me perdí en un lugar cualquiera de esta tierra.



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